Si cualquier parte del cerdo es
apetecible de una u otra forma, la
chuleta es con toda probabilidad la que mas espacio ocupa en el recetario
domestico. Ya sea en su forma original o despojada de su hueso, en forma de
lomo, su presencia en la carnicería es
siempre destacada. Lo cierto es que se trata de una pieza suculenta, deliciosa,
siempre y cuando, eso si, este cortada y
cocinada debidamente. Hay que evitar a
toda costa esas chuletas raquíticas cortadas a maquina, alineadas en los cofres
frigoríficos de las grandes superficies.
La chuleta de cerdo ha de ser gruesa, contundente, pesada. Las mejores
son aquellas que se acercan al cuello, la de los dos colores, que así lapiden los
entendidos.
Asada en la parrilla, salteada
en la sartén o a la plancha, con el fuego bien vivo que dore la carne
conservando los jugos interiores, y sazonada con ajos, cebollas, chalotas, tomillo, romero , laurel, cerveza, vino ,
sidra etc, que duda cabe que es un bocado suculento en su falsa humildad. Por alguna razón es una delas comidas favoritas
del gran gourmand Homer J. Simpson, junto con los donuts, las hamburguesas, los
cacahuetes tostados con miel, y
cualquier otra cosa que engorde. De hecho, hay un capitulo titulado "La ultima chuleta" en la que Marge se emociona cuando Homer le cede la ultima chuleta de la bandeja. La entiendo perfectamente !!